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La mamá del chico asesinado contó la hipótesis de la fiscalía: "Enamorado..."

CÓRDOBA

La madre de la víctima habló de su vínculo con la familia del acusado, cuestionó el trabajo del fiscal y anunció que ella seguirá cada detalle de la investigación. "Voy a ver todo, aunque me desgarre el alma, quiero respuestas", indicó.

Mariela Flores, la madre de Joaquín Sperani, el adolescente de 14 años asesinado a golpes en la ciudad cordobesa de Laboulaye, dijo hoy que el fiscal de la causa, a quien criticó por "inoperante", le sugirió que el chico acusado de cometer el homicidio estaba enamorado de su hijo, aunque, aclaró que esa cuestión debería ser determinada por un psicólogo.

En diálogo con Telenueve desde su casa en dicha ciudad del sudoeste de la provincia de Córdoba, la mujer pidió que “se investigue” el caso para que “cambien las cosas” y no permitir que “todo se encajone”.

Mariela comentó que, con la madre del presunto homicida, amigo de Joaquín, solía tener “charlas entre mamás”, pero “nada” que le marcara a ella “algo raro”.

La madre de la víctima señaló que mantuvo contacto con esa mujer hasta el sábado pasado (cuando el cadáver de su hijo no había sido hallado aún) y no volvió a hablar con ella desde entonces.

"Cuando yo salgo de declarar, habían llamado a declarar a los papás del chico y también a él, y yo dije '¿para qué mierda? dejen de hinchar las pelotas a ese chico y a otra amiguita de él, déjenlos a estos chiquitos, cuántas veces les tomaron declaración, dedíquense a buscar'. Yo sin saber e ignorando todo...”, recordó sobre las instancias previas a descubrir el crimen.

En ese sentido, comentó que el padre del sospechoso “lloraba”, por lo que su marido fue y lo “abrazó”.

"Mentalmente te cuesta creer porque fueron los padres del chico los que me ayudaron las primeras horas a buscar por la ciudad a Joaquín”, indicó Mariela, y agregó que durante la búsqueda el sospechoso se “había quedado en el campo” y no participaba de la misma.

A su vez, Mariela dijo que tiene “dudas” de si los padres del presunto asesino sabían de su situación antes que la justicia.

“Por eso es lo que le dije al juez (de Control, Faltas, Niñez, Juventud, Penal Juvenil, Violencia Familiar y de Género de Laboulaye, Sebastián Moro) que investiguen. Yo quiero disipar todas mis dudas, voy a leer la causa de principio a fin, voy a ver fotos y videos; quiero ver todo, así me desgarre el alma, no me interesa, yo quiero respuestas", afirmó.

Respecto a las pistas falsas que introdujo el sospechoso, Mariela contó que el chico “sostenía que Joaquín se había ido con una familia con la que iba a estar mejor”.

Y al ser consultada de si el acusado estaba enamorado de su hijo, la mujer respondió: “Eso me lo sugirió el fiscal (Walter Guzmán), entonces lo miré y le dije 'pero eso lo tiene que determinar un psicólogo, por qué no llaman y con una psicóloga, a lo mejor habla más de lo que ustedes le están sacando'”.

"Guzmán es un inoperante. Yo buscaba a mi hijo, y estaba muerto a seis cuadras”, opinó Mariela, quien explicó que ella “no revisaba las cuadras de la escuela” porque pensaba que “lo había hecho la Policía”.

Y sobre la casa abandonada en la que finalmente se encontró el cadáver se preguntó: “¿Mi hijo estuvo siempre ahí, o a mi hijo lo llevaron después ahí?”.

“También fui a la escuela para hablar con el representante del Ministerio de Educación, yo estoy haciendo investigación, secuestrando actas, porque yo tengo actas que he hecho hace uno, dos meses atrás de que Joaquín sufría bullying”, concluyó.

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