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Las tres polémicas centrales de la campaña de Sergio Massa

ELECCIONES 2023

Los resultados del manejo de las complicadas cuentas argentinas a un año de haberse hecho cargo del Ministerio de Economía, sus idas y venidas con el kirchnerismo a lo largo de los años y algunos cruces con Juan Grabois, el otro precandidato a presidente por la coalición oficialista, son algunas de las polémicas que rodean a la candidatura de Sergio Massa a la presidencia de Argentina.

Le quedan menos de una semana para tratar de ganarse al electorado desencantado con el gobierno y Massa es consciente de que no ha terminado de encaminar la complicada economía del país, signada por la alta inflación y la falta de dólares.

La economía

La inflación, que, si bien parece haber comenzado a moderarse tímidamente, aún es alta: en junio fue del 6%, el mismo porcentaje de enero y el más bajo del año, aunque acumula ya un 50,7% en lo que va de 2023 y la variación interanual es del 115,6%.

El próximo índice se conocerá dos días después de las PASO, pero para agosto ya se confirmaron aumentos en el transporte público, electricidad, combustibles, medicina y escuelas privadas y telecomunicaciones, entre otros.

El otro tema acuciante de la economía son las reservas y allí la relación con el FMI es otro de los puntos complicados que debe enfrentar el candidato oficialista. Por un lado, el organismo genera rispideces en parte del kirchnerismo, mientras el kirchnerismo se siente incómodo de tener que negociar metas económicas con ese organismo a cambio de financiamiento, el otro precandidato de Unión por la Patria (UxP), Juan Grabois, no ahorra críticas a cualquier a acuerdo con el Fondo ni contra Massa, y desde la izquierda, lo considera "un candidato que plantea un giro a la derecha desde el punto de vista conceptual, macroeconómico, de una relación con el Poder Judicial y grupos empresarios”.

Los cruces con Grabois

Massa no ha contestado a las críticas de Grabois, pero sí su esposa, funcionaria del gobierno y precandidata a la intendencia de Tigre, y su cuñado. Malena Galmarini consideró que votar por Grabois es “tirar el voto”, mientras que su hermano Sebastián, director del Banco de la Provincia de Buenos Aires, respondió un tuit de Grabois con otro que decía: “Muchos ya no tenemos dudas que trabajás para que gane Juntos por el Cambio. Estás en tu derecho, pero todos tienen que saberlo. No tenés ninguna chance de ganar: ni las PASO, ni mucho menos la elección general. Sepan que votarlo es darle la chance de volver al macrismo.

Las idas y vueltas con el kirchnerismo

Otra de las polémicas que rodean al precandidato oficialista es su cambiante relación con el kirchnerismo. Muchos no dejan de recordarle su lejana procedencia de la derecha, tras sus primeros pasos en la política dentro de la Unión de Centro Democrático (UCede) de Álvaro Alsogaray. En 2003, cuando Néstor Kirchner llegó a la presidencia, Massa estaba al frente de la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses), organismo que maneja uno de los principales presupuestos del Estado. Bajo el paraguas del kirchnerismo ocupó varios cargos: fue elegido intendente de Tigre, un partido del norte del Gran Buenos Aires y jefe de Gabinete de la entonces presidenta Cristina Kirchner e integró, en el tercer puesto, la lista de diputados nacionales como candidato “testimonial”, aquellos que a pesar de ser electos no tenían intenciones de asumir el cargo pero tenían la capacidad de atraer votos, tal como pasó en su caso.

En 2011, aún bajo el paraguas del kirchnerismo, sería reelegido como intendente con más del 70% de los votos. Pero desde entonces las diferencias con el kirchnerismo se profundizaron hasta que en las elecciones de 2013 volvió a competir para diputado, pero esta vez por su propio espacio, el Frente Renovador, y le ganó al candidato de la entonces presidenta, Martín Insaurralde.

Su ruptura con el kirchnerismo parecía no tener vuelta atrás y se tradujo en una candidatura presidencial en 2015 como opositor. Su postulación terminó partiendo el voto peronista y Mauricio Macri resultaría ganador de esa elección presidencial en un balotaje ante el candidato oficialista, Daniel Scioli.

“Cuando allá en el 2013 nos querían imponer el ‘Cristina eterna’ tuvimos el valor de frenarla. Si vuelve a aparecer, vamos a volver a frenarla”, afirmaba Massa, en campaña, en 2017.

Pero dos años más tarde, en 2019, volvió a las filas del kirchnerismo de la mano de Alberto Fernández, el candidato para la presidencia que había elegido Fernández de Kirchner para la fórmula que ella integraba. Encabezó la lista para diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires y terminó siendo el presidente de la Cámara baja.

Si bien en el pasado había afirmado que iba a “barrer con los ñoquis de La Cámpora” –que según él estaban “tomando el control del Estado”– en esta nueva etapa uno de sus principales aliados sería uno de los fundadores de esa agrupación política kirchnerista: Máximo Kirchner, hijo de la nueva vicepresidenta, quien fue elegido presidente de la bancada oficialista en Diputados.

Su primera aparición pública, luego de haberse confirmado su precandidatura presidencial, fue en un acto con la actual vicepresidenta

Sin embargo, Massa trata de mantener un delicado equilibrio. Por un lado, en la provincia de Buenos Aires, el principal distrito electoral del país, se muestra junto al gobernador Axel Kicillof y al ministro del Interior, Wado de Pedro, tratando de retener los votos del kirchnerismo más duro. Incluso no ha ahorrado elogios para Máximo Kirchner, uno de los más criticó los acuerdos con el FMI.

Y por el otro, en estos días también recorre el país, en especial las provincias donde al peronismo no le ha ido bien. Allí tratará de expandirse a un electorado más amplio. Por eso, este martes visitó Mendoza y San Luis, donde se reunió con empresarios, productores y emprendedores locales.

Estas visitas se repetirán en otras provincias en los próximos días, donde el ministro y candidato tratará de conquistar la mayor cantidad de votos posibles. Y para eso, apela a mantener ese delicado equilibrio entre el kirchnerismo y el peronismo más clásico.

Si bien para las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 13 de agosto es poco probable que la coalición oficialista, Unión por la Patria (UxP), sea el espacio que obtenga mayor cantidad de votos, la apuesta del peronismo es que Massa sea el candidato único más votado. ¿Lo logrará?

Fuente: CNN

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