La escalada inflacionaria, que ha acumulado un aumento del 276% en el último año, ha llevado a los consumidores a reconsiderar sus elecciones en los supermercados.

Según un informe de la consultora Nielsen IQ, se ha observado un traslado de la demanda hacia segundas y terceras marcas, conocidas como marcas “blancas”, en un intento por reducir el gasto final de la compra.

Este cambio en el comportamiento de los consumidores se produce en medio de una caída importante de los salarios frente a la inflación. También se ha notado una fuerte reducción en las compras en general, especialmente desde el inicio del año.

En el primer bimestre del 2024, la consultora Scentia informó que el consumo masivo en el mercado en general disminuyó un 3,9%. Los datos oficiales respaldan esta tendencia, con el Indec reportando una caída interanual del 13,8% en las ventas de supermercados en enero.

En respuesta a esta situación, los supermercados están intensificando la oferta de productos más económicos, especialmente aquellos que llevan marca propia, con el objetivo de mantener las ventas y mejorar su posición en el mercado.

El informe de NielsenIQ destaca que las marcas propias de los supermercados están resistiendo mejor que el promedio de todas las familias de productos, con un aumento notable en el consumo de alimentos y productos de cosmética y tocador.

Según Romina Lucanera de NielsenIQ, en tiempos de crisis es fundamental comprender las elasticidades y la eficacia de las ofertas para garantizar precios competitivos y promociones efectivas que impulsen las ventas.