Los rendimientos en la Subárea 13 donde está concentrada la flota son aceptables pero la presencia de merluza comienza a ser cada vez más importante, coincidiendo con el inicio del período reproductivo de la hubbsi. Por otra parte, en algunas zonas los pescadores comienzan a dar con langostino chico.

En 2022 la temporada de langostino en aguas nacionales tuvo fecha de último despacho autorizado el 22 de septiembre y si bien a la fecha no se conoce cuál será el día límite para zarpar a la zona de pesca, las condiciones biológicas estarían indicando que podría concretarse en una fecha similar.

Por el momento la flota se mantiene operando mayoritariamente sobre la Subárea 13 donde los barcos están teniendo rendimientos sostenidos entre 11 y 15 toneladas diarias, según la información que reportan los capitanes a los armadores, pero preocupa el hecho que comienza a aumentar lentamente el número de ejemplares chicos. Si bien todavía no están en niveles que podrían indicar el cierre de esta subárea, dudan del tiempo en el que podrán mantenerse en ella.

Por otra parte, la presencia de merluza en las capturas ha comenzado a aumentar, lo que es habitual en esta época del año, dado que a fines de septiembre y principios de octubre comienza el proceso reproductivo de la hubbsi y la pesquería se desarrolla precisamente en el área de veda que protege a los juveniles de esta especie.

La fecha de cierre de la temporada seguramente se conocerá cuando el Consejo Federal Pesquero vuelva a reunirse y se tenga acceso a los informes que elaboren los biólogos del INIDEP a partir de la información recolectada por los observadores, tanto sobre el estado del langostino como de los niveles de bycatch. Pero todo indicaría que se está en los últimos días de la temporada 2023.

La estadística oficial marca que hasta el 12 de septiembre se desembarcaron 150 mil toneladas, mientras que para el mismo período del año pasado se habían desembarcado 177 mil toneladas, lo que implica una caída solo del 5% a nivel general. La gran diferencia entre una temporada y otra se da específicamente en dos flotas: la congeladora que disminuyó su participación en un 16% y la fresquera de altura un 32% con relación al año pasado.

En el análisis de desembarques por puerto se observa que en Mar del Plata no se ha registrado un cúmulo de toneladas suficientes como para desagregar esta especie, mientras que en Puerto Madryn las descargas cayeron un 24% y en San Antonio Oeste la caída fue del 92% con apenas 200 toneladas. En contraposición, Rawson, gracias a su temporada extraordinaria de verano, aumentó las descargas en un 49% comparado con el año pasado, siempre tomando el período hasta el 12 de septiembre.

En cuanto a lo que se puede esperar para la temporada 2024 habrá que esperar a la campaña de noviembre; recién ahí los investigadores del INIDEP podrán tener un panorama del estado del recurso y hacer algunas predicciones. La dispersión del langostino y las inclemencias climáticas han complicado la operatoria, pero por el momento no existen datos que puedan inferir una reducción de la biomasa.

De todas formas, tampoco se puede asegurar que no haya ocurrido una reducción de la biomasa o un cambio en el patrón de distribución, dado que las últimas dos campañas no pudieron realizarse en tiempo y forma, especialmente la de invierno que debió suspenderse por razones de fuerza mayor. Es por ello que garantizar la realización de la próxima campaña resulta clave.