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Un balneario patagónico se convirtió en un "cementerio" de lobos y peligra la temporada

RÍO NEGRO

La playa es una de las más elegidas por quienes cada año buscan disfrutar de su belleza y se encuentra cerrada desde la aparición de la gripe aviar. Hay más 800 cadáveres en esa zona.

Más de 1.200 lobos marinos muertos fueron reportados en las playas de Río Negro en el marco del alerta sanitaria por Gripe Aviar. 

Uno de los balnearios más afectados es el de La Lobería, cuyo acceso en una zona de acantilados impide que puedan acceder máquinas y otros vehículos para el enterramiento de los cuerpos. Allí se estima que hay alrededor de 800 cadáveres. 

Por estas horas, la acumulación de cuerpos en esa playa es el mayor desafío actual de cara a la temporada de verano. Gastón Gutiérrez, secretario de Servicios, Espacios Públicos y Ambiente de la municipalidad de Viedma, indicó que si bien hay un descenso de casos de Gripe Aviar, la problemática pasa por la cantidad de cuerpos que quedaron sobre las playas.

 “Desde el municipio se está implementando una prueba piloto para el retiro de los cadáveres que están con un proceso de descomposición avanzado y generan inconvenientes por los olores para los que viven o tienen su casa de descanso en La Lobería”, precisó al Diario de Río Negro.

La metodología contempla que - ante la imposibilidad de acceder con maquinas -  sacar los cuerpos con camillas con chapas y redes, usando cuatriciclos para retirarlos a la línea de marea para que se los lleve porque no se puede llevar a otro lado, no se pueden enterrar en ese lugar por la poca profundidad de la playa, por la restinga.

Sobre la apertura del balneario al público, el funcionario indicó que todo dependerá de la situación sanitaria porque “si aparece uno, desde que se retira la presencia del virus dura hasta 15 días, por la presencia de fluidos y secreciones en las piedras, en la arena” dijo.

Finalmente, aseguró que “el cuadro es delicado y no podemos aventurar qué va a pasar, pero la situación sigue siendo muy delicada, por más que la curva epidemiológica haya descendido, porque cualquier transmisión zoonótica hacia un ser humano puede ser de extrema gravedad para la población”.

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